crítica / The War Room

La War Room a la que se hace mención en el título del film corresponde a los cuarteles generales de campaña desde los cuales se fogueó la elección presidencial de Bill Clinton en el año 92. El efervescente James Carville (en la foto, el peladito) y su compañerito George Stephanopoulos (en la foto, al lado del peladito) fueron los encargados de alimentar, maquillar, abrigar y lanzar la campaña que terminó depositando a BillyBoy en el sillón presidencial de gringolandia. El film puede generar estancamientos en el interés del espectador, así como tal vez nos aburriría escuchar ciertas charlas telefónicas (largas) mantenidas entre sujetos que tal vez no conocemos demasiado, o no conocemos en absoluto. De todos modos, hay que tener cuidado: Lo que dicen puede ser sumamente interesante. Estamos hablando básicamente de la cantidad de cuestiones que hacen a una campaña política, con el plus de tener al viejo George Bush como rival a vencer. Cierto pasaje del film, con Carville sorprendiéndose ante unas imágenes expuestas en la TV brasileña, demuestra entre otras cosas lo avispados que pueden llegar a ser estos monos cuando se proponen algo.
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Daniel Celina.