crítica / VHS - Kahloucha

Si necesita sangre, se hace un tajo en el brazo y con su líquido elemento salpica al actor al que le han disparado dos o tres cebitas (de las cuales una no funcionó). Si hay que romper algo, va al mercado de pulgas y compar un par de cosas baratas. Si hace falta una mujer, "contrata" a una vecina pero sin que el marido se entere porque se enoja. Y si hay que estrenar, siempre habrá un bar amigo que preste la videocasetera para exhibirla al público.
Clase Z militante, cinefilia punk àrabe, o lo que sea, VHS es una de las mejores muestras de que hacer cine es, en parte, una cuestión de actitud.
* * * *
Daniel Castelo
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home